domingo, 5 de julio de 2009

La disciplina y el desarrollo emocional

La forma de relacionarse con los hijos va a ser el pilar de su inteligencia emocional y eso depende, en gran parte, de la manera como los padres disciplinan a los niños. Pueden agruparse así:
Los padres muy autoritarios. Generalmente no escuchan a sus hijos, establecen normas muy estrictas y siempre están dándoles órdenes. Esperan que se les obedezca sin ningún tipo de negativa, formando niños reservados o rebeldes, pero en ambos casos con baja autoestima. Tienen la convicción de que los niños deben ser mantenidos en su lugar y los desalientan a expresar sus opiniones. Tratan de dirigir el hogar sobre la base de la estructura y la tradición, aunque muchas veces su énfasis en el orden v el control se convierte en una carga para el niño.


Los padres excesivamente permisivos. Buscan mostrar al niño aceptación y transmitir el mayor aliento posible, pero tienden a ser muy pasivos cuando se trata de fijar límites o de responder a la desobediencia. Les resulta muy difícil negar a los niños cualquier cosa que quieran y muchas veces, por pereza o por no tener las cosas claras, los dejan a su libre albedrío. No imponen exigencias fuertes y ni siquiera tienen metas muy claras para sus hijos. Creen que debería permitírseles un desarrollo conforme a sus inclinaciones naturales, actitud que también los perjudica.

LOS PADRES QUE COMBINAN APERTURA CON FIRMEZA
- Emplean el enfoque centrado en el niño que logra equilibrar los límites claros con un ambiente estimulante en el hogar. Es lo que se ha llamado disciplina positiva, que constituye un tipo de educación que permite el crecimiento de niños con confianza en ellos mismos. También los hace independientes, imaginativos, adaptables y simpáticos. Tienen entre otras las siguientes actitudes:
1 Establecen unos límite (pocos pero muy claros) para que sus hijos sepan a qué atenerse, y afrontan los enfrentamientos con ellos como una oportunidad para entrenarlas en el campo emocional
2 Ofrecen una orientación, pero no sólo por medio del control. Dan explicaciones de lo que hacen permitiendo al mismo tiempo que los niños contribuyan en la toma de decisiones importantes.
3 Valoran la independencia de los niños, pero los comprometen con criterios elevados de responsabilidad hacia la familia, los padres y la comunidad. Esto desalienta el comportamiento dependiente e infantil.

QUE DEBEN HACER LOS PADRES?
- Proponerse actuar día tras día como una madre o padre emocionalmente competente.
- Controlar sus propias emociones.
- Esperar lo mejor de los hijos y hacérselos saber.
- Exigirles que sean responsables.
- Establecer normas familiares claras y coherentes y no renunciar a ellas.
- Hablar mucho con su hijo: oriéntelo sobre lo que puede y no puede hacer; déjelo ver las consecuencias de sus actos.
- Ayudarlo a cambiar las relaciones emocionales que lo perjudican por otras que generen en los demás respuestas más positivas.
- Elogiar sus logros y valorar sus opiniones. Respetarlo para que aprenda a respetar a los demás.
- Contar con una gran dosis de tiempo que usted tiene que dedicar, exclusivamente, a su hijo. Esta es la base para conseguir que su hijo confíe en sí mismo y crezca siendo independiente, imaginativo, sereno y amable.
- Ser un testimonio de todos los comportamientos que desea formar.
- Delegar responsabilidades. Se considera provechoso que los niños colaboren en casa desde que son pequeños. La responsabilidad va ligada a la empatia: llevar un plato a la mesa o ayudar recogiendo sus juguetes constituyen tareas sencillas que su hijo tal vez puede hacer bien. Así se siente que es útil a los demás y se muestra orgulloso por ello.
- Ayudar a los niños a sentirse bien con ellos mismos, combinado con logros específicos y el dominio de nuevos conocimientos.
- Enseñar a los niños a ser persistentes y a aprender a enfrentar las dificultades de la vida, ayuda a que desarrollen nuevos caminos, lo cual puede tornarlos más adaptables e ingeniosos.
- Recompensar los esfuerzos y logros es un factor decisivo en los niños entre ocho y doce años, porque a esta edad comprende que el esfuerzo puede compensar la capacidad.Estimular a los niños a escribir declaraciones. Esto les ayuda a aceptar sus puntos fuertes y limitaciones.


Tomado de: INTELIGENCIA EMOCIONAL Aprendiendo y creciendo juntos, Tomo 1, KEY MASTER SISTEMS LTDA.

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